A día de hoy, el Educador y Educadora Social cuenta con una labor muy poco reconocida pero con un amplio campo laboral en el que puede llevar a cabo su trabajo. El papel de los/as educadores/as sociales es fundamental de cara a la sociedad ya que son profesionales que ayudan, apoyan y amparan a las personas en riesgo, vulnerables o con algún tipo de problema social o emocional, como pueden ser las personas maltratadas o las personas internas en centros penitenciarios. Sin embargo también deben estar presentes en espacios en donde aparentemente no hay problemas visibles o tan relevantes, como son los centros educativos. Por ello, creemos que es necesario centrarnos en estos tres ámbitos de intervención social que son: los centros penitenciarios, los centros educativos y la trata de personas.
En primer lugar, es de gran importancia que todos los centros penitenciarios cuenten con al menos un/a educador/a social ya que esas personas las cuales se encuentran en riesgo de exclusión social tienen derecho de mejorar su calidad de vida, por lo que hay que proporcionarles las herramientas, elementos y formación necesarias para una buena convivencia dentro de la cárcel e incluso una integración normalizada en la sociedad tras la estancia en prisión. Además, este profesional puede favorecer el desarrollo de actividades y talleres individuales o colectivos los cuales ayudarán para construir valores y un ambiente más agradable y adecuado facilitando la reinserción en la sociedad y la convivencia en el propio centro.
El segundo ámbito que hemos querido destacar es los centros educativos, ya que la actuación de los/las educadores/as sociales es necesaria para el desarrollo de habilidades, participación en detección y análisis de necesidades socioeducativas, participación de las familias en la vida del centro, reorganizar el tiempo libre y el ocio, etc. También es importante destacar que son en estas edades tempranas cuando se empieza a construir la segunda fase de la sociabilización por lo que es necesario contar con una figura que oriente y favorezca al compañerismo y al trabajo en sí, estando pendientes de los alumnos tanto a nivel grupal como individual. Esto se debe a que la función de los centros educativos no solo debe ser enseñar aspectos teóricos, sino ayudar a construir una buena base en valores e ideas en relación a los demás y con uno mismo.
Por último, nos encontramos con el ámbito de la trata de personas desde la perspectiva abolicionista. La doctrina del abolicionismo lo que pretende es anular preceptos, leyes y costumbres prácticas que son poco éticas, como en este caso sería la exclavitud humana en todas sus formas y sentidos. En este ámbito el/la educador/a social tiene que proteger, ayudar y dar voz a todas esas mujeres, hombre y niños y niñas víctimas de la trata y que por desgracia son cada vez más y es la nueva forma de escalvitud del siglo XXI.
Realizado por: Andrea Gamaza González, Virginia Expósito Ruíz y Rocío González Monje.
Enlace: https://www.mindomo.com/mindmap/9dadace9f0a54213ba1e5479617748f7
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